Mecanizada
Mecanizada, así me siento por lo menos en esta etapa; hasta ahora es corta como para hacer alarde, pero en mi mente es tan larga que no veo llegar su fin.
Estoy mecanizada de una forma casi íntegra, constituida toda con extremidades metálicas, con órganos automáticos y movimientos impulsados sólo por la inercia.
Soy como aquel viejo robot, en un mundo muy modernizado, al cual le hace falta aceite y nuevas refacciones. Se me caen los tornillos uno por uno, mis funciones se vuelven raquíticas y muy forzadas.
Rebusco la vivacidad que me falta, mis sentimientos se decoloran y siento perder todo aquello que me hace humana, es todo gris (sin razón alguna), porque aparentemente yo debería voltear a todos lados y agradecer lo que la virtud me ha dado.
¿Cómo admitir que me siento vacía? Sería tan tonto como asegurar no sentir la calidez del sol durante un día destellante. Lo tengo todo y en mis pensamientos sólo veo la nada.
Me temo, temo lo que pienso, lo que he pensado y lo que podría llegar a siquiera pensar; le temo a mis acciones en cualquier conjugación de tiempo.
"Le temo tanto a esta etapa de no motivaciones".
Y por ahora debo forzarme a encontrar la forma de cerrar esta caja de Pandora, que ha esparcido a diestra y siniestra todo su contenido en mi integridad, mi integridad mecanizada.
Por: Abril Martz Parra.
Comments